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martes, 18 de febrero de 2014

ENTRADA 3: LA EQUIDAD MOTIVACIONAL COMO MEDIDA DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD

¿Por qué algunos alumnos abordan el aprendizaje con entusiasmo y otros de mala gana?

Creo que depende en gran medida del contexto en el que se desarrolla el alumno (familia, escuela, barrio, ciudad, etc) ya que dependiendo del contexto las oportunidades y condiciones de aprendizaje variarán. 
Por ejemplo, no será igual asistir a un centro en el que los materiales sean deficientes y los profesores poco implicados que asistir a un centro que disponga de un equipamiento que incite al alumno a participar de manera activa en su aprendizaje.
También son importantes las características personales del alumno en cuestión, de su locus de control, su motivación, sus capacidades personales, etc.

¿Por qué algunos eligen tareas sencillas en las que el éxito está asegurado y otros prefieren problemas en los que las posibilidades de éxito y fracaso estén en equilibrio?

Esto dependerá de la motivación del alumno y de sus expectativas hacia la propia ejecución de la tarea. Si estos aspectos se manifiestan a "bajas dosis" la tarea elegida será más sencilla para asegurar el éxito y que así no decaiga aún más su motivación debido al fracaso en la tarea, y ocurriría lo contrario si la motivación y las expectativas son altas.

¿Por qué hay tantos alumnos que no se esfuerzan en la escuela? ¿Por qué otros alumnos ocultan sus esfuerzos o se niegan a admitir que estudian mucho?

Porque quizás sus necesidades no están siendo bien atendidas y la adaptación curricular no es adecuada, además de una estimulación insuficiente, así como de una baja motivación por aprender debido a un mal reforzamiento de conductas favorables para ello.

En cuanto a que los alumnos ocultan sus esfuerzos, esto puede deberse a una necesidad de reconocimiento social por parte de los compañeros, entre los que " ser buen estudiante" no es una característica favorable.

¿Qué merece la pena que aprendan los alumnos de cara al futuro?

Más allá de la “cultura general” que se adquiere en la escuela, existen otros aspectos importantes que son importantes para el desarrollo personal como las habilidades sociales, la capacidad de trabajo en equipo, los valores, la tolerancia, la capacidad de generar opiniones propias, etc.

Nuestros criterios de evaluación, ¿son normativos o criteriales?, ¿están referidos a la norma del grupo o a un nivel de exigencia absoluto?

Normalmente son criteriales, ya que es necesario cumplir una serie de requisitos para superar el curso y haber adquirido una serie de habilidades básicas. Y son referidos a la norma del grupo ya que el éxito se obtiene en comparación al resto de compañeros y su ejecución.

Pero, a veces, los estudiantes que se orientan a evitar el fracaso, rinden igual de bien o se hallan dispuestos a rendir como los que se orientan al éxito. ¿Por qué ocurre esto?

Esta situación puede deberse al miedo a fracasar, y por ello invierten un elevado esfuerzo en momentos próximos a los exámenes, lo que puede llegar a garantizarle una buena calificación, pero esto no garantiza que se produzca un aprendizaje eficaz, por ello, en realidad los conocimientos reales acerca de la materia son muy inferiores a los alumnos con orientación al éxito, que gracias a su trabajo contínuo han adquirido dichos conocimientos y han podido asentarlos.

¿Conoce o recuerda usted a alumnos que se ajusten a los perfiles que hemos desarrollado? ¿Qué utilidad para nuestro trabajo puede tener el análisis basado en la aproximación al éxito y la evitación del fracaso?

Si, a lo largo de mi vida escolar he coincidido con alumnos de todos los perfiles.
Considero que puede ser útil para poder adaptar el currículo a las necesidades de cada alumno.

¿Cómo se enseña a planificar? Previo al planteamiento de una tarea o trabajo, ¿de qué manera podríamos atender los tres aspectos propuestos por Pintrich: creencia de capacidad, razones y emociones?

Creo que la mejor opción es enseñarle a descomponerlo en las conductas necesarias para obtener el éxito desde las más simples a las más complejas, para que así el alumno supere progresivamente sus metas y obtenga la motivación suficiente para continuar hasta la meta final.

Respecto a los aspectos propuestos por Pintrich, en primer lugar la persona debería cuestionarse sus propias capacidades para la tarea, después determinar por qué desea realizarla, qué es lo que quiere obtener de ellos, y por último, determinar si ha conseguido lo esperado y si le ha producido algún tipo de satisfacción.

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